Saltar al contenido
  Yo, como ser humano que soy, busco ese motivo por el que levantarme de la cama a cada nuevo día, ese algo por lo que luchar. En ese momento que abres los ojos y te dices  a ti mismo -Ha comenzado un nuevo día, queda menos para conseguirlo-.Pero “ queda menos para conseguirlo” lleva consigo un trabajo detrás, como ya sabemos, todo lleva un inicio, una constancia y finalmente el alabado logro. Toda meta lleva consigo un número incontable de quebraderos de cabeza, de sentir como caes, sonrisas imaginando el final, hojas rotas, sentir el cuerpo lleno de energía, dolores de estómago por nervios, sensaciones de euforia, ganas de comerte el mundo…

  Personalmente cuando no tengo un reto en mente, simplemente sigo una rutina, me siento incomodo, amargado, todo me molesta, no soy yo… Me levanto sin ganas de nada, pensando en que pasen los días, pero ¿que pasen los días para qué?, ni yo mismo puedo contestar a esa pregunta, pero ¿Cuántos no habréis oído esa frase tan común?
  En el momento que yo llegue a Shanghái, comencé una nueva vida, tenía mucha pasión, muchos objetivos, muchas metas, de las cuales alcance muchas y otras simplemente, no eran lo que yo realmente buscaba. Me dejo llevar mucho por las sensaciones, me «flipo» y creo que todo es posible, eso no es malo (desde mi punto de vista), para mí es una virtud, porque gracias al camino que he seguido  para conseguir esa meta inalcanzable, he conseguido mucha experiencia que me ayuda en mi futuro. Aprendo de cada paso que doy, no caminamos en vano por el camino de la vida, todo tiene una finalidad. Pero tras una larga e intensa temporada vivida en esta ciudad, me acomode, me deje llevar por la estabilidad, ya no tenía esos «sueños», esos objetivos que me hacían despertarme a cada mañana después de dormir 5 horas, acercarme a la ventana de mi cuarto, abrir las cortinas y ver una ciudad tan impresionante e intimidante como es una de las capitales económicas de China…y en mi cabeza resonar…-otro día más aquí, luchando-…no pensaba, otro día menos…porque en ese momento sabia cuáles eran mis verdaderas pasiones, sabía lo que de verdad quería. Sin embargo, ya acomodado; despertaba; miraba el móvil y seguía una rutina.
  Tras volver a España, un día me di cuenta de que necesitaba algo más, necesitaba un ¿porque luchas?, lo primero fueron los estudios. Trabajar y estudiar no es fácil, pero aun así, lo logre. El día de la orla, iba camino a dar un discurso sobre mi trayectoria desde que deje los estudios hasta ese momento. Sentía esa euforia interna, esa sensación de lo has logrado…has vencido una vez más…ahora solo tienes que continuar…Llegados a este momento, el anhelo de viajar comenzó a circular por mis venas, las ganas de poder conocer culturas, ver el mundo, sentir la libertad…Por lo que decidí retomar un reto que tuve que dejar apartado por otras responsabilidades.
  Y ahora me encuentro a mí mismo, preparándolo todo, levantándome a cada mañana con la misma ilusión que el primer día que decidí embarcarme en la aventura de la vida, y no dejar de soñar aunque los sueños sean tan grandes que puedan llegar a asustarnos.
Y tú, ¿Tienes un reto?

 

1 comentario en «Retos»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad